Muerte de alias 'Jairo Martínez' marcaría una inflexión en proceso de paz
Publicado el 27/05/2015
Martínez, ideólogo del Frente 14 de las FARC, mantenía la condición de negociador y había regresado hace tres semanas de La Habana con la autorización del gobierno, según las Farc para participar en operaciones de desminado y una supuesta misión de pedagogía de paz.
Farc han realizado al menos 1.024 ataques durante 1.000 días del proceso de paz
1 Jun 2015
Así lo aseguró el Centro Democrático, denunciando que las Farc aumentaron la extorsión y el narcotráfico, se rearmaron y continúan reclutando a menores.
"FARC se siente más fuerte frente a Gobierno con debilidades políticas": consultor de seguridad
Publicado el 01/06/2015
Román Ortíz, profesor de estudios estratégicos y consultor en temas de seguridad, habló en La Tarde de NTN24 sobre el recrudecimiento de la violencia por parte de las FARC en las últimas semanas y señaló que "las FARC cada vez se sienten más fuertes porque tienen delante a un Gobierno que enfrenta debilidades políticas".
Ortíz además señaló que dos de los elementos que hacen que el grupo terrorista retome fuerza son la promesa del presidente Juan Manuel Santos de un acuerdo de paz a corto plazo para su reelección y el declive económico del país. "Estas dos variables están debilitando la posición política del Gobierno y le permiten a las FARC jugar más fuerte".
que vergüenza estas palabras, ojalá el señor presidente no se refiera al modelo Bolivariano quelas farc quieren incorporar acá, ya sabemos como se han vuelto de productivas las tierras expropiadas por allá.
Fuerza Pública sería 'garante' de acuerdos de Cuba
MinDefensa elaboró documento sobre el papel de estas en una eventual etapa de posconflicto.
Por: DANIEL VALERO | 12:58 a.m. | 9 de junio de 2015 Foto: Archivo / EL TIEMPO Lo que se busca es que, tras el fin de la guerra, los uniformados de las cuatro fuerzas puedan concentrar sus esfuerzos en otros frentes. “La Fuerza Pública asegurará la irreversibilidad de los acuerdos alcanzados y disuadirá el desarrollo de cualquier amenaza”. Con esta premisa –consignada en un informe del Ministerio de Defensa conocido por EL TIEMPO– se dejó claro cuál será el papel que el Ejército, la Fuerza Aérea, la Armada y la Policía cumplirán si se firma un acuerdo con las Farc y si el país transita hacia un escenario de posconflicto. Como lo ha dicho el presidente Juan Manuel Santos, en el documento –enviado al Congreso– se enfatiza que la Fuerza Pública no se reducirá y que, por el contrario, se fortalecerá en aspectos técnicos y humanos. En esta primera mirada se detallan los focos en los que se concentrará el accionar de los uniformados en una etapa posterior al fin del conflicto, dejando en claro que el Ministerio de Defensa liderará el diseño de estrategias y políticas para cumplir nuevos objetivos. “En un escenario de posconflicto, la Fuerza Pública, a través de sus capacidades en diferentes ámbitos, actuará como garante de los acuerdos que sean alcanzados en el marco del proceso de negociación”, se enfatiza en el documento que conoció este diario. Lo que se busca es que, tras el fin de la guerra, los uniformados de las cuatro fuerzas puedan concentrar sus esfuerzos en otros frentes, especialmente en la reducción de delitos como hurto, homicidio, lesiones personales, microtráfico, microextorsión, tráfico de armas y trata de personas. Claro está que el control territorial y la defensa de la soberanía también serán claves en un escenario de posconflicto. Además, jugarán un papel principal en aspectos puntuales que se han negociado en La Habana, como, por ejemplo, el desminado humanitario. “El sector continuará con el fortalecimiento de la inteligencia y sus Fuerzas Especiales, realizando también inversiones para mantener el material estratégico existente en el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, así como su modernización o repotenciación, junto con adquisiciones de sistemas que fortalezcan las capacidades ya existentes, según las disponibilidades fiscales”, dice el informe. Este tipo de conceptos dejan claro que –contrario a lo que piden las Farc en Cuba y lo que han dicho, incluso, algunos sectores políticos en Colombia– no se reducirá la capacidad militar y policial del país y que el objetivo será fortalecerla. Otro de los aspectos claves que trabajarán en conjunto las cuatro fuerzas está relacionado con el fortalecimiento del Sistema Integrado de Seguridad Rural (Siser) para potenciar el control territorial. Además –según precisa el informe– se fortalecerán las estrategias de los Carabineros y la lucha contra los grupos ilegales, el crimen organizado, el contrabando, la minería criminal, los ciberdelitos, el narcotráfico, la extorsión, la protección a la infraestructura crítica del país y la seguridad en zonas de frontera. “Se estableció que en el posconflicto las Fuerzas Militares y la Policía continuarán desempeñando las misiones que les han sido asignadas por la Constitución y la Ley, misiones tales como asegurar el respeto a la soberanía y la defensa a los intereses nacionales; fortalecer la seguridad pública y la protección de la población contra los grupos armados organizados al margen de la ley y el crimen organizado, así como garantizar la seguridad ciudadana y la convivencia pacífica de los habitantes del país”, se añade en el documento. El papel de la Policía EL TIEMPO también tuvo acceso a otro informe que la Policía –con la firma de su director, general Rodolfo Palomino– le envió al Congreso con sus posturas sobre como se proyecta para el posconflicto y los retos que debe enfrentar. Un punto clave es que advierte de la necesidad de incrementar en 25.000 uniformados su pie de fuerza, al igual que su equipamiento, para garantizar “un efectivo control” territorial. Esto, de acuerdo con el documento, permitirá, entre otras cosas, “potencializar el modelo de Policía Rural a partir de la trayectoria y experiencia de la Policía de Carabineros, a fin de, en una primera fase, ocupar policialmente las áreas rurales donde actualmente hacen presencia los grupos subversivos”. La intención de potenciar esta presencia en las zonas apartadas, más allá de garantizar la seguridad de sus habitantes, es evitar que surjan nuevos grupos delincuenciales que tengan interés de copiar “los modelos de financiación de la guerrilla” y ocupar los territorios en los que estaban antes estos grupos ilegales. La Policía sabe que un reto es evitar que la desmovilización de las guerrillas desemboque en nuevas bandas delincuenciales, como ha sucedido en otros países, para lo cual espera fortalecer la policía judicial y “ampliar las capacidades tecnológicas y del servicio de inteligencia policial”. Estos dos informes demuestran que la Fuerza Pública ya piensa en su papel en el posconflicto y que es consciente de que será una ficha clave en la consolidación de la paz. Los uniformados quieren impulsar del desarrollo Otro de los propósitos de la Fuerza Pública en un eventual posconflicto es colaborar en temas de desarrollo del país. En el informe del Ministerio de Defensa se deja claro que “para garantizar la tranquilidad de los territorios de Colombia y colaborar con el desarrollo de las regiones especialmente afectadas por el conflicto, las Fuerzas Armadas continuarán apoyando las estrategias de consolidación territorial, con tareas como la construcción de vías, puentes y demás obras de infraestructura”. También continuará acompañando procesos como el de reparación de víctimas, restitución de tierras y “demás programas enfocados en la construcción de legitimidad del Estado”. DANIEL VALERO Redacción Política
Fuerza Pública sería 'garante' de acuerdos de Cuba
MinDefensa elaboró documento sobre el papel de estas en una eventual etapa de posconflicto.
Por: DANIEL VALERO | 12:58 a.m. | 9 de junio de 2015 Foto: Archivo / EL TIEMPO Lo que se busca es que, tras el fin de la guerra, los uniformados de las cuatro fuerzas puedan concentrar sus esfuerzos en otros frentes. “La Fuerza Pública asegurará la irreversibilidad de los acuerdos alcanzados y disuadirá el desarrollo de cualquier amenaza”. Con esta premisa –consignada en un informe del Ministerio de Defensa conocido por EL TIEMPO– se dejó claro cuál será el papel que el Ejército, la Fuerza Aérea, la Armada y la Policía cumplirán si se firma un acuerdo con las Farc y si el país transita hacia un escenario de posconflicto. Como lo ha dicho el presidente Juan Manuel Santos, en el documento –enviado al Congreso– se enfatiza que la Fuerza Pública no se reducirá y que, por el contrario, se fortalecerá en aspectos técnicos y humanos. En esta primera mirada se detallan los focos en los que se concentrará el accionar de los uniformados en una etapa posterior al fin del conflicto, dejando en claro que el Ministerio de Defensa liderará el diseño de estrategias y políticas para cumplir nuevos objetivos. “En un escenario de posconflicto, la Fuerza Pública, a través de sus capacidades en diferentes ámbitos, actuará como garante de los acuerdos que sean alcanzados en el marco del proceso de negociación”, se enfatiza en el documento que conoció este diario. Lo que se busca es que, tras el fin de la guerra, los uniformados de las cuatro fuerzas puedan concentrar sus esfuerzos en otros frentes, especialmente en la reducción de delitos como hurto, homicidio, lesiones personales, microtráfico, microextorsión, tráfico de armas y trata de personas. Claro está que el control territorial y la defensa de la soberanía también serán claves en un escenario de posconflicto. Además, jugarán un papel principal en aspectos puntuales que se han negociado en La Habana, como, por ejemplo, el desminado humanitario. “El sector continuará con el fortalecimiento de la inteligencia y sus Fuerzas Especiales, realizando también inversiones para mantener el material estratégico existente en el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, así como su modernización o repotenciación, junto con adquisiciones de sistemas que fortalezcan las capacidades ya existentes, según las disponibilidades fiscales”, dice el informe. Este tipo de conceptos dejan claro que –contrario a lo que piden las Farc en Cuba y lo que han dicho, incluso, algunos sectores políticos en Colombia– no se reducirá la capacidad militar y policial del país y que el objetivo será fortalecerla. Otro de los aspectos claves que trabajarán en conjunto las cuatro fuerzas está relacionado con el fortalecimiento del Sistema Integrado de Seguridad Rural (Siser) para potenciar el control territorial. Además –según precisa el informe– se fortalecerán las estrategias de los Carabineros y la lucha contra los grupos ilegales, el crimen organizado, el contrabando, la minería criminal, los ciberdelitos, el narcotráfico, la extorsión, la protección a la infraestructura crítica del país y la seguridad en zonas de frontera. “Se estableció que en el posconflicto las Fuerzas Militares y la Policía continuarán desempeñando las misiones que les han sido asignadas por la Constitución y la Ley, misiones tales como asegurar el respeto a la soberanía y la defensa a los intereses nacionales; fortalecer la seguridad pública y la protección de la población contra los grupos armados organizados al margen de la ley y el crimen organizado, así como garantizar la seguridad ciudadana y la convivencia pacífica de los habitantes del país”, se añade en el documento. El papel de la Policía EL TIEMPO también tuvo acceso a otro informe que la Policía –con la firma de su director, general Rodolfo Palomino– le envió al Congreso con sus posturas sobre como se proyecta para el posconflicto y los retos que debe enfrentar. Un punto clave es que advierte de la necesidad de incrementar en 25.000 uniformados su pie de fuerza, al igual que su equipamiento, para garantizar “un efectivo control” territorial. Esto, de acuerdo con el documento, permitirá, entre otras cosas, “potencializar el modelo de Policía Rural a partir de la trayectoria y experiencia de la Policía de Carabineros, a fin de, en una primera fase, ocupar policialmente las áreas rurales donde actualmente hacen presencia los grupos subversivos”. La intención de potenciar esta presencia en las zonas apartadas, más allá de garantizar la seguridad de sus habitantes, es evitar que surjan nuevos grupos delincuenciales que tengan interés de copiar “los modelos de financiación de la guerrilla” y ocupar los territorios en los que estaban antes estos grupos ilegales. La Policía sabe que un reto es evitar que la desmovilización de las guerrillas desemboque en nuevas bandas delincuenciales, como ha sucedido en otros países, para lo cual espera fortalecer la policía judicial y “ampliar las capacidades tecnológicas y del servicio de inteligencia policial”. Estos dos informes demuestran que la Fuerza Pública ya piensa en su papel en el posconflicto y que es consciente de que será una ficha clave en la consolidación de la paz. Los uniformados quieren impulsar del desarrollo Otro de los propósitos de la Fuerza Pública en un eventual posconflicto es colaborar en temas de desarrollo del país. En el informe del Ministerio de Defensa se deja claro que “para garantizar la tranquilidad de los territorios de Colombia y colaborar con el desarrollo de las regiones especialmente afectadas por el conflicto, las Fuerzas Armadas continuarán apoyando las estrategias de consolidación territorial, con tareas como la construcción de vías, puentes y demás obras de infraestructura”. También continuará acompañando procesos como el de reparación de víctimas, restitución de tierras y “demás programas enfocados en la construcción de legitimidad del Estado”. DANIEL VALERO Redacción Política
Lo que hay que hacer es verificar si en efecto el Fariano ése tiene cuenta twitter y si escribió eso o es un montaje, porque de ser lo primero tales peticiones absurdas y descaradas tendrían un efecto de polémica en la opinión pública y el pueblo Colombiano en general.
Jefes de las Farc habrían recibido nacionalidad nicaragüense
Francisco Rodríguez aseguró que la fuente que le dio la información “es creíble” porque es la misma que le contó de los movimientos previos a las negociaciones con las Farc en La Habana. “Me dio detalles 15 días antes de cómo habían sido los viajes, hasta llegar al anuncio oficial de Santos”.
Según el periodista, llama la atención que sea Nicaragua el que les haya dado la nacionalidad a los jefes guerrilleros porque es uno de los países que no ha suscrito el Estatuto de Roma, además de que el tratado de extradición que tienen con los Estados Unidos “no aparece el delito de narcotráfico”.
“Analicemos el panorama: esto ya es geopolítico porque está apareciendo un jugador con el que nadie contaba en este instante en este proceso de negociación”, señaló Rodríguez.
“La gran pregunta es si todo estaba acuerdo o nada está cordado ¿qué está haciendo la guerrilla? ¿Se está blindando ante un eventual rompimiento? ¿Se está asegurando jurídicamente sobre otra situación que se presente en el futuro?”,se preguntó.
Francisco Rodríguez, contó, además, que está en proceso de confirmación de la noticia con funcionarios del gobierno de Nicaragua.
Según el periodista, llama la atención que sea Nicaragua el que les haya dado la nacionalidad a los jefes guerrilleros porque es uno de los países que no ha suscrito el Estatuto de Roma, además de que el tratado de extradición que tienen con los Estados Unidos “no aparece el delito de narcotráfico”.
De ser así, no debería sorprendernos, los Sandinistas y las FARC han tenido estrechos lazos que los vínculan de mucho tiempo atrás.
De paso también queda de manifiesto lo que vislumbran esos Farianos, capotear a la justicia.
Y no solo eso, la gente que pretende recuperar sus tierras arrebatadas por las FARC son ignoradas, será que devuelven el millónde hectáreas de tierras que han usurpado?
¿Cómo se prepara el Cesar para enfrentar a las Farc?
Los diálogos sobre el proceso de paz en La Habana viven un momento tenso debido a constantes ataques de la guerrilla de las Farc, que en las últimas horas cobró la vida de varios policías en el departamento de Nariño.
En Colombia se preguntan cómo el grupo subversivo que negocia con el Gobierno Nacional la terminación de un conflicto que lleva más de 50 años no para los ataques a la población civil, eso generaría mayor garantía a las negociaciones entre las autoridades civiles y los alzados en arma.
Autoridades en el departamento del Cesar, que no es ajeno al conflicto armado, puesto que históricamente la región de la Serranía de Perijá es catalogada como resguardo de grupos guerrilleros, optó por medidas debido a las amenazas de las Farc.
El secretario de Gobierno Departamental, Raúl Maya Pabón, indicó que la Fuerza Pública está trabajando en la seguridad de los habitantes, pero “la Gobernación del Cesar está fortaleciendo con equipo administrativo y de logística”.
Explicó que fueron entregadas 40 cuatrimotos para que garanticen la seguridad rural por parte del Ejército Nacional, “son 12 motos para la Quinta Brigada y 28 para la Décima en el departamento”.
Hace algunos días se habló de un posible hostigamiento de uniformados de la guerrilla en el centro del Cesar, “los informes de la Fuerza Pública nos manifiestan que no ha habido ninguna incursión en el departamento, lo que se presentó en aquella ocasión fueron dos personas que hicieron unos disparos y el círculo de la Policía se cerró el tránsito y personas que no sabemos con qué fin replicaron por las redes sociales que había un paro guerrillero”.
Referente al tema del paso de los grupos armados por la Serranía de Perijá, especialmente en estribaciones de municipios como La Jagua de Ibirico, Chiriguaná, y Curumaní, el secretario de Gobierno dijo que “los informes han manifestado que eso son los cordones más álgidos que hemos tenido en el departamento y también el mismo corredor para todo el país”.
Golpe al Cesar
El presidente de la firma petrolera Vetra, Humberto Calderón, anunció sobre una posible suspensión de operaciones en el Putumayo, por los ataques de las Farc, que tendría repercusión en el Cesar, todo porque la compañía también tiene operaciones en este departamento.
Vetra es una de las 10 compañías petroleras más importantes de Colombia y de las principales en el Putumayo, donde en los últimos días las Farc atacaron sus instalaciones y el transporte del crudo.
Humberto Calderón le pidió al Gobierno una solución para los problemas de orden público en el Putumayo, indicando que ese departamento puede liderar el desarrollo de la región.
Santos pedirá por el proceso
Durante su intervención ante la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en Roma, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, explicó que pedirá que la Iglesia siga ayudando y que agradecerá al papa argentino “su acompañamiento en el proceso de paz”.
El encuentro llega en un momento complicado en las negociaciones con la guerrilla, después de varios ataques por parte de las Farc como el del pasado viernes en el que murieron un teniente coronel de la Policía, un patrullero y un civil.
Ante lo sucedido, Santos ordenó “intensificar la ofensiva militar” y aseguró que acciones como esa no lo llevarán a pactar un cese bilateral del fuego.
Esta fue la segunda cita que el Presidente de la República ha tenido con el Sumo Pontifice, después de que en mayo de 2013 acudiese a Roma para la canonización de la Madre Laura.
Otro de los temas de los que habló en la audiencia del lunes 15 de junio, fue la lucha contra la pobreza, así como la anunciada visita del papa a Colombia.
En un principio, la fecha de la visita era para principios de 2016, pero una agenda del papa cargada ya de viajes para el próximo año y la celebración del Jubileo extraordinario lo harán aplazarlo previsiblemente hasta 2017.
La visita "confidencial" de Iván Cepeda a La Habana
Con el hermetismo que se han venido manejando los temas referentes al proceso de paz que adelantan el Gobierno y las Farc en La Habana, El Espectador tuvo imágenes exclusivas de la visita del congresista del Polo Democrático Alternativo y miembro de la Comisión de Paz del Senado,Iván Cepeda Castro, a Cuba.
No obstante, la norma contempla que ese tipo de misiones deben ser informadas al Senado, pero en este caso hubo una omisión pues Cepeda Castro viajó informando que salía del país pero no hizo referencia las motivaciones, ni el destino. También se conoció que por lo menos en cinco ocasiones se han hecho estas solicitudes.
El Espectador consultó a Cepeda sobre los motivos de su visita a La Habana y manifestó que “ninguna de las gestiones que he hecho se han realizado sin conocimiento o respaldo de las autoridades. Yo no actúo de una forma autónoma, caprichosa o espontanea frente al proceso de paz. Cualquier actuación de estas debe contar con una autorización. Además, tengo otro criterio de respetar las reglas de juego y nada de lo que haga bajo confidencialidad lo voy a contar”. Con este argumento prefirió no explicar quién había dado la venia para sus viajes a La Habana.
Lo que sí resulta claro es que las visitas a Cuba han sido polémicas. Luego de que asistiera un grupo de parlamentarios a finales de 2013 esta puerta se cerró e incluso, el actual ministro de Interior,Juan Fernando Cristo, en su momento como presidente del Senado, estaba promoviendo una visita que nunca se concretó.
En buena hora puso el Papa Francisco el tema de la lucha por la vida, que venimos perdiendo en toda la línea. Sin que conozcamos el texto completo de las doscientas páginas que el Sumo Pontífice dedica a esta cuestión esencial, admitimos que puede equivocarse en muchas de sus apreciaciones. Por ejemplo y guiándonos por los comentarios de prensa, tantas veces sesgados y errados, nos parece atinada su diatriba contra el capitalismo salvaje en materia ambiental. Pero no hemos oído que critique con pareja vehemencia al socialismo salvaje, que es bastante peor que el otro. Los destrozos que el comunismo le ha causado al planeta hacen que lo demás sea juego de niños.
Mas no importa. Por estrategia o por alguna oculta razón pasó Francisco de puntillas sobre los desastres ecológicos de la China, de Rusia, de Europa Oriental, de Corea o de Cuba. Ya habrá tiempo para poner las cosas en su sitio, si es que aquellas omisiones vienen en la Encíclica o son interesada presentación de la prensa izquierdista.
Pero el tema viene que ni pintado para que repasemos los desastres que los bandidos comunistas han desatado en Colombia y que están produciendo en este preciso momento.
La cocaína está irremisiblemente asociada con esta tragedia, y no en corta medida. La destrucción de los bosques colombianos es de dimensiones colosales. Las ciento veinte mil hectáreas que estos bandidos tienen hoy dedicadas al negocio, suponen por lo menos el doble deforestado. Pero si hacemos una proyección a los últimos veinte años, de manos a boca nos tropezamos con una deforestación de millones de hectáreas. En esos bosques nativos la recuperación es casi imposible. Por simple piedad, los especialistas la remiten a cincuenta o más años de paciencia y buen trato. En términos más realistas, la tierra desnuda para la coca no volverá jamás.
Pero no solo matan la tierra por este camino los bandidos. La muerte de nuestros ríos es sencillamente catastrófica. El vertimiento de crudo a los ríos por la voladura de los oleoductos supera por mucho el desastre del Exxon Valdés. De este accidente se habla todos los días. De le pertinaz tarea del ELN y de las Farc para matar las aguas colombianas, no se acuerda nadie. El primer olvidadizo es, por supuesto, el equipo negociador de Juanpa en La Habana. Cuando las Farc hablan de cese unilateral al fuego, impropiedad sobre impropiedad, falacia sobre falacia, nada dicen del cese de los ataques a los ríos. Y de indemnizar semejante daño, ni una palabra, desde luego.
Pero no solamente volando oleoductos atenta esta ******* contra la vida en el planeta y en nuestra tierra. Porque tienen otra ingeniosa técnica de exterminio, cuando se trata de robar el combustible que requieren para convertir en clorhidrato de cocaína la pasta de coca. Valga ilustrarlo, lector querido, sobre el hecho de que los precursores químicos que se usan en esa empresa son aleatorios, en cuanto que muchos de esos venenos son sustituible y necesarios en modesta cantidad. Solo hay dos elementos de uso necesario, el cemento y la gasolina. El cemento lo hacen llegar sin dificultades, porque la policía y el ejército no tienen instrucciones para interferir su tránsito.
La gasolina empieza por el robo al oleoducto, a partir de una incisión sencilla y sin mayores riesgos. Cuando se han robado el crudo necesario, lo pasan a refinerías artesanales, en cuya preparación son cada vez más expertos. De la refinería llevan la gasolina, por impura que sea, a los laboratorios y asunto concluido.
Pues cualquiera entiende que la pérdida del crudo es inmensa, primero en la extracción, luego en el transporte a los laboratorios y por último en el proceso de fabricación de la cocaína. Ese despilfarro de crudo va derecho a los ríos. Y la cantidad en que se calcula supera lo que se vierte con las explosiones a los oleoductos. Sumadas las dos cantidades, dejamos pálido el accidente en el Golfo de México. Sin que a nadie le importe, va de suyo.
No terminemos esta lista trágica sin olvidar el mercurio que se vierte a los ríos en el infernal negocio de la minería ilegal. No hay otro veneno más deletéreo en el mundo. Y circula por nuestras cuencas, especialmente en la del Pacífico, en cantidades asombrosas. Nuestros ríos se quedaron sin peces y las riberas aledañas sin vida.
¿Qué importa este crimen? Nada. Ni siquiera engrosa la lista de los delitos de lesa humanidad que aquí se cometen. Y puede ser el peor de todos. Porque no teniendo destinatario específico va contra la vida en cualquiera de sus manifestaciones. Matan la naturaleza estos bellacos. Pero silencio. De la Calle y Jaramillo andan muy ocupados para pensar en detalles y minucias. Lo suyo es mucho más importante. Nada menos que la gloria de Juanpa.
La decisión del Gobierno fue interpretada como una concesión en el marco de la mesa de La Habana.
El presidente Juan Manuel Santos lleva rato impulsando un nuevo enfoque en la lucha contra las drogas ilícitas, con válidos argumentos referidos al fracaso de las estrategias hasta ahora desarrolladas, que no han logrado grandes reducciones en producción ni tráfico, y menos aún en las ganas de meter cocaína de millones de consumidores en el mundo.
El lío para Santos es que la legalización integral –y no a medias– de producción, comercio y consumo, única solución que acabaría con las gigantescas ganancias que enriquecen a las mafias gracias a la ilegalidad del negocio, hoy no es viable. Y, en esa medida, cualquier concesión intermedia solo sirve a los intereses de los narcotraficantes.
Es el caso del retroceso de las autoridades colombianas en la lucha contra los cultivos de coca. Gracias, entre otras, a la muy controvertida práctica de fumigar esas siembras desde el aire con el herbicida glifosato, Colombia, que llegó a tener más de 160.000 hectáreas de matas de coca a principios de la década pasada, bajó esta superficie a menos de un tercio: 48.000 al término del 2013. En el 2014, ese marcado descenso se frenó y el área sembrada volvió a crecer de manera angustiosa.
Esta semana, Naciones Unidas reveló el informe del Simci, el mecanismo creado hace 16 años para medir –con la ayuda de imágenes satelitales– el área cultivada de coca. El resultado asusta: las hectáreas se dispararon un 44 %, al pasar de 48.000 en 2013 a más de 69.000 en el 2014. Debido a problemas logísticos y también a acuerdos con los movimientos campesinos tras el paro del 2013, la aspersión retrocedió de más de 100.000 hectáreas fumigadas en el 2012 a unas 50.000. Y aunque en el 2014 hubo un intento por relanzarla, resultó imposible frenar el impulso ganado por los sembradores.
La cosa puede empeorar tras la decisión del Gobierno de suspender la fumigación aérea con glifosato, una práctica cargada de polémica por razones medioambientales y de salud. Según el informe Simci, por culpa de esa suspensión el área fumigada apenas alcanzará las 25.000 hectáreas en el 2015, la mitad del año pasado. La lógica indica que el área sembrada volverá a crecer este año.
Como las Farc llevaban años reclamando el cese de las aspersiones aéreas con glifosato, la decisión del Gobierno fue interpretada como una concesión en el marco de la mesa de La Habana. Pero es muy probable que esa concesión, en vez de ayudar al avance de la negociación, haya contribuido a frenarla. De las cinco regiones donde se concentran las siembras, cuatro son enclaves de las Farc: Catatumbo, Nariño-Cauca, Meta-Guaviare y Caquetá-Putumayo. La excepción es el área entre Antioquia y Córdoba, dominada por bandas criminales herederas de los paramilitares.
El informe anota que, gracias al aumento de los cultivos, la producción de cocaína pudo subir de 290 toneladas en el 2013 a 442 el año pasado. Y como cerca del 90 % de esa producción beneficia a las Farc, es evidente que las arcas del grupo guerrillero –como lo advertí en esta misma columna hace mes y medio, cuando anticipé lo que ahora confirma el Simci– están popochas.
Eso explica parte de la renovada capacidad de ataque de los frentes de las Farc en esas zonas. Con los bolsillos llenos de narcodólares, esos frentes no solo están envalentonados militarmente, sino que carecen de interés en que la mesa de La Habana avance: saben que un acuerdo que acabe a las Farc como grupo armado los pondría ante la penosa obligación de abandonar semejante negocio tan lucrativo. El Gobierno tiene que alistar, a la mayor brevedad, un programa de combate frontal a los narcocultivos –con o sin fumigación aérea– si no quiere que, popochas como están, las Farc tengan un motivo más para seguir mamándole gallo a la negociación en Cuba.
Comentarios
Hola a todos.
Muerte de alias 'Jairo Martínez' marcaría una inflexión en proceso de paz
Publicado el 27/05/2015
Martínez, ideólogo del Frente 14 de las FARC, mantenía la condición de negociador y había regresado hace tres semanas de La Habana con la autorización del gobierno, según las Farc para participar en operaciones de desminado y una supuesta misión de pedagogía de paz.
Auf Wiedersehen.
Hola a todos.
Cifras más que elocuentes...
Farc han realizado al menos 1.024 ataques durante 1.000 días del proceso de paz
1 Jun 2015
Así lo aseguró el Centro Democrático, denunciando que las Farc aumentaron la extorsión y el narcotráfico, se rearmaron y continúan reclutando a menores.
Nota completa:
http://www.elespectador.com/noticias/paz/farc-han-realizado-al-menos-1024-ataques-durante-1000-d-articulo-563848
"FARC se siente más fuerte frente a Gobierno con debilidades políticas": consultor de seguridad
Publicado el 01/06/2015
Román Ortíz, profesor de estudios estratégicos y consultor en temas de seguridad, habló en La Tarde de NTN24 sobre el recrudecimiento de la violencia por parte de las FARC en las últimas semanas y señaló que "las FARC cada vez se sienten más fuertes porque tienen delante a un Gobierno que enfrenta debilidades políticas".
Ortíz además señaló que dos de los elementos que hacen que el grupo terrorista retome fuerza son la promesa del presidente Juan Manuel Santos de un acuerdo de paz a corto plazo para su reelección y el declive económico del país. "Estas dos variables están debilitando la posición política del Gobierno y le permiten a las FARC jugar más fuerte".
Auf Wiedersehen.
Hola a todos.
" Santos con una mano empuja la coca ", los narcos lanzaron sus gorras al aire!!"
Publicado el 03/06/2015
Auf Wiedersehen.
que vergüenza estas palabras, ojalá el señor presidente no se refiera al modelo Bolivariano quelas farc quieren incorporar acá, ya sabemos como se han vuelto de productivas las tierras expropiadas por allá.
Fuerza Pública sería 'garante' de acuerdos de Cuba
MinDefensa elaboró documento sobre el papel de estas en una eventual etapa de posconflicto.
Por: DANIEL VALERO | 12:58 a.m. | 9 de junio de 2015 Foto: Archivo / EL TIEMPO Lo que se busca es que, tras el fin de la guerra, los uniformados de las cuatro fuerzas puedan concentrar sus esfuerzos en otros frentes. “La Fuerza Pública asegurará la irreversibilidad de los acuerdos alcanzados y disuadirá el desarrollo de cualquier amenaza”. Con esta premisa –consignada en un informe del Ministerio de Defensa conocido por EL TIEMPO– se dejó claro cuál será el papel que el Ejército, la Fuerza Aérea, la Armada y la Policía cumplirán si se firma un acuerdo con las Farc y si el país transita hacia un escenario de posconflicto. Como lo ha dicho el presidente Juan Manuel Santos, en el documento –enviado al Congreso– se enfatiza que la Fuerza Pública no se reducirá y que, por el contrario, se fortalecerá en aspectos técnicos y humanos. En esta primera mirada se detallan los focos en los que se concentrará el accionar de los uniformados en una etapa posterior al fin del conflicto, dejando en claro que el Ministerio de Defensa liderará el diseño de estrategias y políticas para cumplir nuevos objetivos. “En un escenario de posconflicto, la Fuerza Pública, a través de sus capacidades en diferentes ámbitos, actuará como garante de los acuerdos que sean alcanzados en el marco del proceso de negociación”, se enfatiza en el documento que conoció este diario. Lo que se busca es que, tras el fin de la guerra, los uniformados de las cuatro fuerzas puedan concentrar sus esfuerzos en otros frentes, especialmente en la reducción de delitos como hurto, homicidio, lesiones personales, microtráfico, microextorsión, tráfico de armas y trata de personas. Claro está que el control territorial y la defensa de la soberanía también serán claves en un escenario de posconflicto. Además, jugarán un papel principal en aspectos puntuales que se han negociado en La Habana, como, por ejemplo, el desminado humanitario. “El sector continuará con el fortalecimiento de la inteligencia y sus Fuerzas Especiales, realizando también inversiones para mantener el material estratégico existente en el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, así como su modernización o repotenciación, junto con adquisiciones de sistemas que fortalezcan las capacidades ya existentes, según las disponibilidades fiscales”, dice el informe. Este tipo de conceptos dejan claro que –contrario a lo que piden las Farc en Cuba y lo que han dicho, incluso, algunos sectores políticos en Colombia– no se reducirá la capacidad militar y policial del país y que el objetivo será fortalecerla. Otro de los aspectos claves que trabajarán en conjunto las cuatro fuerzas está relacionado con el fortalecimiento del Sistema Integrado de Seguridad Rural (Siser) para potenciar el control territorial. Además –según precisa el informe– se fortalecerán las estrategias de los Carabineros y la lucha contra los grupos ilegales, el crimen organizado, el contrabando, la minería criminal, los ciberdelitos, el narcotráfico, la extorsión, la protección a la infraestructura crítica del país y la seguridad en zonas de frontera. “Se estableció que en el posconflicto las Fuerzas Militares y la Policía continuarán desempeñando las misiones que les han sido asignadas por la Constitución y la Ley, misiones tales como asegurar el respeto a la soberanía y la defensa a los intereses nacionales; fortalecer la seguridad pública y la protección de la población contra los grupos armados organizados al margen de la ley y el crimen organizado, así como garantizar la seguridad ciudadana y la convivencia pacífica de los habitantes del país”, se añade en el documento. El papel de la Policía EL TIEMPO también tuvo acceso a otro informe que la Policía –con la firma de su director, general Rodolfo Palomino– le envió al Congreso con sus posturas sobre como se proyecta para el posconflicto y los retos que debe enfrentar. Un punto clave es que advierte de la necesidad de incrementar en 25.000 uniformados su pie de fuerza, al igual que su equipamiento, para garantizar “un efectivo control” territorial. Esto, de acuerdo con el documento, permitirá, entre otras cosas, “potencializar el modelo de Policía Rural a partir de la trayectoria y experiencia de la Policía de Carabineros, a fin de, en una primera fase, ocupar policialmente las áreas rurales donde actualmente hacen presencia los grupos subversivos”. La intención de potenciar esta presencia en las zonas apartadas, más allá de garantizar la seguridad de sus habitantes, es evitar que surjan nuevos grupos delincuenciales que tengan interés de copiar “los modelos de financiación de la guerrilla” y ocupar los territorios en los que estaban antes estos grupos ilegales. La Policía sabe que un reto es evitar que la desmovilización de las guerrillas desemboque en nuevas bandas delincuenciales, como ha sucedido en otros países, para lo cual espera fortalecer la policía judicial y “ampliar las capacidades tecnológicas y del servicio de inteligencia policial”. Estos dos informes demuestran que la Fuerza Pública ya piensa en su papel en el posconflicto y que es consciente de que será una ficha clave en la consolidación de la paz. Los uniformados quieren impulsar del desarrollo Otro de los propósitos de la Fuerza Pública en un eventual posconflicto es colaborar en temas de desarrollo del país. En el informe del Ministerio de Defensa se deja claro que “para garantizar la tranquilidad de los territorios de Colombia y colaborar con el desarrollo de las regiones especialmente afectadas por el conflicto, las Fuerzas Armadas continuarán apoyando las estrategias de consolidación territorial, con tareas como la construcción de vías, puentes y demás obras de infraestructura”. También continuará acompañando procesos como el de reparación de víctimas, restitución de tierras y “demás programas enfocados en la construcción de legitimidad del Estado”. DANIEL VALERO Redacción PolíticaFuerza Pública sería 'garante' de acuerdos de Cuba
MinDefensa elaboró documento sobre el papel de estas en una eventual etapa de posconflicto.
Por: DANIEL VALERO | 12:58 a.m. | 9 de junio de 2015 Foto: Archivo / EL TIEMPO Lo que se busca es que, tras el fin de la guerra, los uniformados de las cuatro fuerzas puedan concentrar sus esfuerzos en otros frentes. “La Fuerza Pública asegurará la irreversibilidad de los acuerdos alcanzados y disuadirá el desarrollo de cualquier amenaza”. Con esta premisa –consignada en un informe del Ministerio de Defensa conocido por EL TIEMPO– se dejó claro cuál será el papel que el Ejército, la Fuerza Aérea, la Armada y la Policía cumplirán si se firma un acuerdo con las Farc y si el país transita hacia un escenario de posconflicto. Como lo ha dicho el presidente Juan Manuel Santos, en el documento –enviado al Congreso– se enfatiza que la Fuerza Pública no se reducirá y que, por el contrario, se fortalecerá en aspectos técnicos y humanos. En esta primera mirada se detallan los focos en los que se concentrará el accionar de los uniformados en una etapa posterior al fin del conflicto, dejando en claro que el Ministerio de Defensa liderará el diseño de estrategias y políticas para cumplir nuevos objetivos. “En un escenario de posconflicto, la Fuerza Pública, a través de sus capacidades en diferentes ámbitos, actuará como garante de los acuerdos que sean alcanzados en el marco del proceso de negociación”, se enfatiza en el documento que conoció este diario. Lo que se busca es que, tras el fin de la guerra, los uniformados de las cuatro fuerzas puedan concentrar sus esfuerzos en otros frentes, especialmente en la reducción de delitos como hurto, homicidio, lesiones personales, microtráfico, microextorsión, tráfico de armas y trata de personas. Claro está que el control territorial y la defensa de la soberanía también serán claves en un escenario de posconflicto. Además, jugarán un papel principal en aspectos puntuales que se han negociado en La Habana, como, por ejemplo, el desminado humanitario. “El sector continuará con el fortalecimiento de la inteligencia y sus Fuerzas Especiales, realizando también inversiones para mantener el material estratégico existente en el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, así como su modernización o repotenciación, junto con adquisiciones de sistemas que fortalezcan las capacidades ya existentes, según las disponibilidades fiscales”, dice el informe. Este tipo de conceptos dejan claro que –contrario a lo que piden las Farc en Cuba y lo que han dicho, incluso, algunos sectores políticos en Colombia– no se reducirá la capacidad militar y policial del país y que el objetivo será fortalecerla. Otro de los aspectos claves que trabajarán en conjunto las cuatro fuerzas está relacionado con el fortalecimiento del Sistema Integrado de Seguridad Rural (Siser) para potenciar el control territorial. Además –según precisa el informe– se fortalecerán las estrategias de los Carabineros y la lucha contra los grupos ilegales, el crimen organizado, el contrabando, la minería criminal, los ciberdelitos, el narcotráfico, la extorsión, la protección a la infraestructura crítica del país y la seguridad en zonas de frontera. “Se estableció que en el posconflicto las Fuerzas Militares y la Policía continuarán desempeñando las misiones que les han sido asignadas por la Constitución y la Ley, misiones tales como asegurar el respeto a la soberanía y la defensa a los intereses nacionales; fortalecer la seguridad pública y la protección de la población contra los grupos armados organizados al margen de la ley y el crimen organizado, así como garantizar la seguridad ciudadana y la convivencia pacífica de los habitantes del país”, se añade en el documento. El papel de la Policía EL TIEMPO también tuvo acceso a otro informe que la Policía –con la firma de su director, general Rodolfo Palomino– le envió al Congreso con sus posturas sobre como se proyecta para el posconflicto y los retos que debe enfrentar. Un punto clave es que advierte de la necesidad de incrementar en 25.000 uniformados su pie de fuerza, al igual que su equipamiento, para garantizar “un efectivo control” territorial. Esto, de acuerdo con el documento, permitirá, entre otras cosas, “potencializar el modelo de Policía Rural a partir de la trayectoria y experiencia de la Policía de Carabineros, a fin de, en una primera fase, ocupar policialmente las áreas rurales donde actualmente hacen presencia los grupos subversivos”. La intención de potenciar esta presencia en las zonas apartadas, más allá de garantizar la seguridad de sus habitantes, es evitar que surjan nuevos grupos delincuenciales que tengan interés de copiar “los modelos de financiación de la guerrilla” y ocupar los territorios en los que estaban antes estos grupos ilegales. La Policía sabe que un reto es evitar que la desmovilización de las guerrillas desemboque en nuevas bandas delincuenciales, como ha sucedido en otros países, para lo cual espera fortalecer la policía judicial y “ampliar las capacidades tecnológicas y del servicio de inteligencia policial”. Estos dos informes demuestran que la Fuerza Pública ya piensa en su papel en el posconflicto y que es consciente de que será una ficha clave en la consolidación de la paz. Los uniformados quieren impulsar del desarrollo Otro de los propósitos de la Fuerza Pública en un eventual posconflicto es colaborar en temas de desarrollo del país. En el informe del Ministerio de Defensa se deja claro que “para garantizar la tranquilidad de los territorios de Colombia y colaborar con el desarrollo de las regiones especialmente afectadas por el conflicto, las Fuerzas Armadas continuarán apoyando las estrategias de consolidación territorial, con tareas como la construcción de vías, puentes y demás obras de infraestructura”. También continuará acompañando procesos como el de reparación de víctimas, restitución de tierras y “demás programas enfocados en la construcción de legitimidad del Estado”. DANIEL VALERO Redacción PolíticaComo hptas...
Hola a todos.
Lo que hay que hacer es verificar si en efecto el Fariano ése tiene cuenta twitter y si escribió eso o es un montaje, porque de ser lo primero tales peticiones absurdas y descaradas tendrían un efecto de polémica en la opinión pública y el pueblo Colombiano en general.
Auf Wiedersehen.
Efectivamente esa es la cuenta de ese personaje. pero el trino ya no esta, pero lo encontré en otro trino
Jefes de las Farc habrían recibido nacionalidad nicaragüense
Según el periodista, llama la atención que sea Nicaragua el que les haya dado la nacionalidad a los jefes guerrilleros porque es uno de los países que no ha suscrito el Estatuto de Roma, además de que el tratado de extradición que tienen con los Estados Unidos “no aparece el delito de narcotráfico”.
“La gran pregunta es si todo estaba acuerdo o nada está cordado ¿qué está haciendo la guerrilla? ¿Se está blindando ante un eventual rompimiento? ¿Se está asegurando jurídicamente sobre otra situación que se presente en el futuro?”,se preguntó.
Hola a todos.
De ser así, no debería sorprendernos, los Sandinistas y las FARC han tenido estrechos lazos que los vínculan de mucho tiempo atrás.
De paso también queda de manifiesto lo que vislumbran esos Farianos, capotear a la justicia.
Auf Wiedersehen.
Víctimas de las Farc dicen que no fueron llamadas para integrar Mesa Nacional de Víctimas
El general Luis Mendieta, quien estuvo secuestrado por la guerrilla, dice que el Gobierno busca ocultarlos.
Video:http://linkis.com/www.noticiasrcn.com/3SVqa
http://www.noticiasrcn.com/videos/victimas-las-farc-dicen-no-fueron-llamadas-integrar-mesa-nacional-victimas
Y no solo eso, la gente que pretende recuperar sus tierras arrebatadas por las FARC son ignoradas, será que devuelven el millónde hectáreas de tierras que han usurpado?
Este tipo mete unos cuentos de terror increíbles, es más vende humo que los de IAI
¿Cómo se prepara el Cesar para enfrentar a las Farc?
Los diálogos sobre el proceso de paz en La Habana viven un momento tenso debido a constantes ataques de la guerrilla de las Farc, que en las últimas horas cobró la vida de varios policías en el departamento de Nariño.
En Colombia se preguntan cómo el grupo subversivo que negocia con el Gobierno Nacional la terminación de un conflicto que lleva más de 50 años no para los ataques a la población civil, eso generaría mayor garantía a las negociaciones entre las autoridades civiles y los alzados en arma.
Autoridades en el departamento del Cesar, que no es ajeno al conflicto armado, puesto que históricamente la región de la Serranía de Perijá es catalogada como resguardo de grupos guerrilleros, optó por medidas debido a las amenazas de las Farc.
El secretario de Gobierno Departamental, Raúl Maya Pabón, indicó que la Fuerza Pública está trabajando en la seguridad de los habitantes, pero “la Gobernación del Cesar está fortaleciendo con equipo administrativo y de logística”.
Explicó que fueron entregadas 40 cuatrimotos para que garanticen la seguridad rural por parte del Ejército Nacional, “son 12 motos para la Quinta Brigada y 28 para la Décima en el departamento”.
Hace algunos días se habló de un posible hostigamiento de uniformados de la guerrilla en el centro del Cesar, “los informes de la Fuerza Pública nos manifiestan que no ha habido ninguna incursión en el departamento, lo que se presentó en aquella ocasión fueron dos personas que hicieron unos disparos y el círculo de la Policía se cerró el tránsito y personas que no sabemos con qué fin replicaron por las redes sociales que había un paro guerrillero”.
Referente al tema del paso de los grupos armados por la Serranía de Perijá, especialmente en estribaciones de municipios como La Jagua de Ibirico, Chiriguaná, y Curumaní, el secretario de Gobierno dijo que “los informes han manifestado que eso son los cordones más álgidos que hemos tenido en el departamento y también el mismo corredor para todo el país”.
Golpe al Cesar
El presidente de la firma petrolera Vetra, Humberto Calderón, anunció sobre una posible suspensión de operaciones en el Putumayo, por los ataques de las Farc, que tendría repercusión en el Cesar, todo porque la compañía también tiene operaciones en este departamento.
Vetra es una de las 10 compañías petroleras más importantes de Colombia y de las principales en el Putumayo, donde en los últimos días las Farc atacaron sus instalaciones y el transporte del crudo.
Humberto Calderón le pidió al Gobierno una solución para los problemas de orden público en el Putumayo, indicando que ese departamento puede liderar el desarrollo de la región.
Santos pedirá por el proceso
Durante su intervención ante la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en Roma, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, explicó que pedirá que la Iglesia siga ayudando y que agradecerá al papa argentino “su acompañamiento en el proceso de paz”.
El encuentro llega en un momento complicado en las negociaciones con la guerrilla, después de varios ataques por parte de las Farc como el del pasado viernes en el que murieron un teniente coronel de la Policía, un patrullero y un civil.
Ante lo sucedido, Santos ordenó “intensificar la ofensiva militar” y aseguró que acciones como esa no lo llevarán a pactar un cese bilateral del fuego.
Esta fue la segunda cita que el Presidente de la República ha tenido con el Sumo Pontifice, después de que en mayo de 2013 acudiese a Roma para la canonización de la Madre Laura.
Otro de los temas de los que habló en la audiencia del lunes 15 de junio, fue la lucha contra la pobreza, así como la anunciada visita del papa a Colombia.
En un principio, la fecha de la visita era para principios de 2016, pero una agenda del papa cargada ya de viajes para el próximo año y la celebración del Jubileo extraordinario lo harán aplazarlo previsiblemente hasta 2017.
Por Carlos Mario Jiménez / EL PILÓN
carlos.jimenez@elpilon.com.co
La visita "confidencial" de Iván Cepeda a La Habana
Con el hermetismo que se han venido manejando los temas referentes al proceso de paz que adelantan el Gobierno y las Farc en La Habana, El Espectador tuvo imágenes exclusivas de la visita del congresista del Polo Democrático Alternativo y miembro de la Comisión de Paz del Senado,Iván Cepeda Castro, a Cuba.
No obstante, la norma contempla que ese tipo de misiones deben ser informadas al Senado, pero en este caso hubo una omisión pues Cepeda Castro viajó informando que salía del país pero no hizo referencia las motivaciones, ni el destino. También se conoció que por lo menos en cinco ocasiones se han hecho estas solicitudes.
El Espectador consultó a Cepeda sobre los motivos de su visita a La Habana y manifestó que “ninguna de las gestiones que he hecho se han realizado sin conocimiento o respaldo de las autoridades. Yo no actúo de una forma autónoma, caprichosa o espontanea frente al proceso de paz. Cualquier actuación de estas debe contar con una autorización. Además, tengo otro criterio de respetar las reglas de juego y nada de lo que haga bajo confidencialidad lo voy a contar”. Con este argumento prefirió no explicar quién había dado la venia para sus viajes a La Habana.
fuente: elespectador.com
Destruyendo la vida
En buena hora puso el Papa Francisco el tema de la lucha por la vida, que venimos perdiendo en toda la línea. Sin que conozcamos el texto completo de las doscientas páginas que el Sumo Pontífice dedica a esta cuestión esencial, admitimos que puede equivocarse en muchas de sus apreciaciones. Por ejemplo y guiándonos por los comentarios de prensa, tantas veces sesgados y errados, nos parece atinada su diatriba contra el capitalismo salvaje en materia ambiental. Pero no hemos oído que critique con pareja vehemencia al socialismo salvaje, que es bastante peor que el otro. Los destrozos que el comunismo le ha causado al planeta hacen que lo demás sea juego de niños.
Mas no importa. Por estrategia o por alguna oculta razón pasó Francisco de puntillas sobre los desastres ecológicos de la China, de Rusia, de Europa Oriental, de Corea o de Cuba. Ya habrá tiempo para poner las cosas en su sitio, si es que aquellas omisiones vienen en la Encíclica o son interesada presentación de la prensa izquierdista.
Pero el tema viene que ni pintado para que repasemos los desastres que los bandidos comunistas han desatado en Colombia y que están produciendo en este preciso momento.
La cocaína está irremisiblemente asociada con esta tragedia, y no en corta medida. La destrucción de los bosques colombianos es de dimensiones colosales. Las ciento veinte mil hectáreas que estos bandidos tienen hoy dedicadas al negocio, suponen por lo menos el doble deforestado. Pero si hacemos una proyección a los últimos veinte años, de manos a boca nos tropezamos con una deforestación de millones de hectáreas. En esos bosques nativos la recuperación es casi imposible. Por simple piedad, los especialistas la remiten a cincuenta o más años de paciencia y buen trato. En términos más realistas, la tierra desnuda para la coca no volverá jamás.
Pero no solo matan la tierra por este camino los bandidos. La muerte de nuestros ríos es sencillamente catastrófica. El vertimiento de crudo a los ríos por la voladura de los oleoductos supera por mucho el desastre del Exxon Valdés. De este accidente se habla todos los días. De le pertinaz tarea del ELN y de las Farc para matar las aguas colombianas, no se acuerda nadie. El primer olvidadizo es, por supuesto, el equipo negociador de Juanpa en La Habana. Cuando las Farc hablan de cese unilateral al fuego, impropiedad sobre impropiedad, falacia sobre falacia, nada dicen del cese de los ataques a los ríos. Y de indemnizar semejante daño, ni una palabra, desde luego.
Pero no solamente volando oleoductos atenta esta ******* contra la vida en el planeta y en nuestra tierra. Porque tienen otra ingeniosa técnica de exterminio, cuando se trata de robar el combustible que requieren para convertir en clorhidrato de cocaína la pasta de coca. Valga ilustrarlo, lector querido, sobre el hecho de que los precursores químicos que se usan en esa empresa son aleatorios, en cuanto que muchos de esos venenos son sustituible y necesarios en modesta cantidad. Solo hay dos elementos de uso necesario, el cemento y la gasolina. El cemento lo hacen llegar sin dificultades, porque la policía y el ejército no tienen instrucciones para interferir su tránsito.
La gasolina empieza por el robo al oleoducto, a partir de una incisión sencilla y sin mayores riesgos. Cuando se han robado el crudo necesario, lo pasan a refinerías artesanales, en cuya preparación son cada vez más expertos. De la refinería llevan la gasolina, por impura que sea, a los laboratorios y asunto concluido.
Pues cualquiera entiende que la pérdida del crudo es inmensa, primero en la extracción, luego en el transporte a los laboratorios y por último en el proceso de fabricación de la cocaína. Ese despilfarro de crudo va derecho a los ríos. Y la cantidad en que se calcula supera lo que se vierte con las explosiones a los oleoductos. Sumadas las dos cantidades, dejamos pálido el accidente en el Golfo de México. Sin que a nadie le importe, va de suyo.
No terminemos esta lista trágica sin olvidar el mercurio que se vierte a los ríos en el infernal negocio de la minería ilegal. No hay otro veneno más deletéreo en el mundo. Y circula por nuestras cuencas, especialmente en la del Pacífico, en cantidades asombrosas. Nuestros ríos se quedaron sin peces y las riberas aledañas sin vida.
¿Qué importa este crimen? Nada. Ni siquiera engrosa la lista de los delitos de lesa humanidad que aquí se cometen. Y puede ser el peor de todos. Porque no teniendo destinatario específico va contra la vida en cualquiera de sus manifestaciones. Matan la naturaleza estos bellacos. Pero silencio. De la Calle y Jaramillo andan muy ocupados para pensar en detalles y minucias. Lo suyo es mucho más importante. Nada menos que la gloria de Juanpa.
Fuente:http://www.las2orillas.co/destruyendo-la-vida/
Mauricio Vargas
Mares de coca
La decisión del Gobierno fue interpretada como una concesión en el marco de la mesa de La Habana.
El presidente Juan Manuel Santos lleva rato impulsando un nuevo enfoque en la lucha contra las drogas ilícitas, con válidos argumentos referidos al fracaso de las estrategias hasta ahora desarrolladas, que no han logrado grandes reducciones en producción ni tráfico, y menos aún en las ganas de meter cocaína de millones de consumidores en el mundo.
El lío para Santos es que la legalización integral –y no a medias– de producción, comercio y consumo, única solución que acabaría con las gigantescas ganancias que enriquecen a las mafias gracias a la ilegalidad del negocio, hoy no es viable. Y, en esa medida, cualquier concesión intermedia solo sirve a los intereses de los narcotraficantes.
Es el caso del retroceso de las autoridades colombianas en la lucha contra los cultivos de coca. Gracias, entre otras, a la muy controvertida práctica de fumigar esas siembras desde el aire con el herbicida glifosato, Colombia, que llegó a tener más de 160.000 hectáreas de matas de coca a principios de la década pasada, bajó esta superficie a menos de un tercio: 48.000 al término del 2013. En el 2014, ese marcado descenso se frenó y el área sembrada volvió a crecer de manera angustiosa.
Esta semana, Naciones Unidas reveló el informe del Simci, el mecanismo creado hace 16 años para medir –con la ayuda de imágenes satelitales– el área cultivada de coca. El resultado asusta: las hectáreas se dispararon un 44 %, al pasar de 48.000 en 2013 a más de 69.000 en el 2014. Debido a problemas logísticos y también a acuerdos con los movimientos campesinos tras el paro del 2013, la aspersión retrocedió de más de 100.000 hectáreas fumigadas en el 2012 a unas 50.000. Y aunque en el 2014 hubo un intento por relanzarla, resultó imposible frenar el impulso ganado por los sembradores.
La cosa puede empeorar tras la decisión del Gobierno de suspender la fumigación aérea con glifosato, una práctica cargada de polémica por razones medioambientales y de salud. Según el informe Simci, por culpa de esa suspensión el área fumigada apenas alcanzará las 25.000 hectáreas en el 2015, la mitad del año pasado. La lógica indica que el área sembrada volverá a crecer este año.
Como las Farc llevaban años reclamando el cese de las aspersiones aéreas con glifosato, la decisión del Gobierno fue interpretada como una concesión en el marco de la mesa de La Habana. Pero es muy probable que esa concesión, en vez de ayudar al avance de la negociación, haya contribuido a frenarla. De las cinco regiones donde se concentran las siembras, cuatro son enclaves de las Farc: Catatumbo, Nariño-Cauca, Meta-Guaviare y Caquetá-Putumayo. La excepción es el área entre Antioquia y Córdoba, dominada por bandas criminales herederas de los paramilitares.
El informe anota que, gracias al aumento de los cultivos, la producción de cocaína pudo subir de 290 toneladas en el 2013 a 442 el año pasado. Y como cerca del 90 % de esa producción beneficia a las Farc, es evidente que las arcas del grupo guerrillero –como lo advertí en esta misma columna hace mes y medio, cuando anticipé lo que ahora confirma el Simci– están popochas.
Eso explica parte de la renovada capacidad de ataque de los frentes de las Farc en esas zonas. Con los bolsillos llenos de narcodólares, esos frentes no solo están envalentonados militarmente, sino que carecen de interés en que la mesa de La Habana avance: saben que un acuerdo que acabe a las Farc como grupo armado los pondría ante la penosa obligación de abandonar semejante negocio tan lucrativo. El Gobierno tiene que alistar, a la mayor brevedad, un programa de combate frontal a los narcocultivos –con o sin fumigación aérea– si no quiere que, popochas como están, las Farc tengan un motivo más para seguir mamándole gallo a la negociación en Cuba.
MAURICIO VARGAS
mvargaslina@hotmail.com
Fuente:http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/mares-de-coca/16046835
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